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Propuesta de marco institucional a la Cooperación Sur-Sur

Modelo de Ostrom


 

Elinor Ostrom recibió en 2009 el Premio Nobel de Economía, representado  un hecho histórico por ser la primera mujer en obtener dicho reconocimiento. Ella fue Doctora en ciencias políticas por la Universidad de California e investigadora en la Universidad de Indiana y Arizona. Entre estos centros de pensamiento, focalizó su trabajo en MECANISMOS INSTITUCIONALES y GRUPALES  de toma de decisiones, COOPERACIÓN, democracia y gobierno local.

 

Para el año 2005, realiza su trabajo Toward a Behavioral Theory Linking Trust, Reciprocity, and Reputation, donde establece el modelo de cooperación basado en la confianza[1], con la lógica que más confianza aumenta la reciprocidad, más reciprocidad genera más reputación y COOPERACIÓN, y más reputación incrementa los índices de confianza. Y entre los mecanismos para consolidar el modelo, se debe trabajar con tres (3) variables: físicas, culturales e institucionales –leyes, reglamentos, marcos normativos, entre otros-.

 

Con esta breve explicación, Juan Carlos Lozano, investigador y docente de la Universidad del Externado de Colombia, realiza una aproximación del modelo de Ostrom a la Cooperación Sur-Sur, desde la confianza fortalecerla.

 

Es necesario plantearnos la reflexión del por qué fortalecer la CSS? Y la razón principal es para sostener la coherencia y legitimidad del discurso de la CSS – una cooperación: colectiva, solidaria, de equidad y de concertación-. Lo cual, propone al mismo tiempo un nuevo modelo de desarrollo, que permita el fortalecimiento de la capacidad interna de los Estados y con ello la eliminación progresiva de la cooperación internacional[2]. Además, que no replique las intervenciones y conductas de la cooperación convencional Norte-Sur, caso contrario se estaría regresando al punto de partida, cayendo en la acertada definición de Domínguez que “La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) es a las empresas lo que la Cooperación Internacional para el Desarrollo (CID) es a los gobiernos”.

 

Por ello, lo interesante de la propuesta teórica es sobre el tipo de políticas que desde la variable institucional puedan consolidar las intervenciones y conductas de los actores de CSS. Lo que nos plantea el reto de definir, marcos institucionales innovadores que regulen el funcionamiento de la CSS, con un enfoque que genere una mayor convergencia diplomática, buscando intereses comunes y complementarios, caso contrario los países socios que apuestan por la CSS, “¿Se convertirán en cabeza de ratón o seguirán la natural tendencia a colgarse en el tren de los vencedores?”[3].

 

Aunque, es necesario aclara que Ostrom establece, si no se resuelve el problema del monitoreo, no se puede establecer compromisos creíbles. Sin compromisos creíbles no hay ninguna razón para proponer reglas nuevas.

 

  


[1] Este modelo es desarrollado de manera soberbia por Juan Carlos Lozano Herrera, en su artículo Construcción de confianza como ruta de fortalecimiento de la cooperación Sur-Sur descentralizada: políticas, estrategias y sociedad civil. En Erli Margarita Marín Aranguren & María Claudia Romero Amaya (eds.) Cuando el Sur piensa el Sur. Los giros de la cooperación al desarrollo, 117-161. Bogotá: CIPE, Universidad Externado de Colombia.
[2] Abarca, Ethel (2001). “El nuevo rostro de la CTPD y las nuevas tendencias internacionales” en Revista de Ciencias Sociales vol.IV nº94. Universidad de Costa Rica. San José, p.169-188
[3] Lechini, Gladuz (2009). “La cooperación Sur-Sur y la búsqueda de autonomía en América Latina: ¿Mito o realidad?” en  Relaciones Internacionales, núm. 12, octubre de 2009  GERI – UAM.

 

Andrés Gutiérrez Léon
Bogotá, 04/27/2014

 

 

 

 

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