Entre las principales políticas públicas que permiten un alto gasto social están: la política económica coordinada y las políticas de incentivos (sociales), que al mismo tiempo generan un crecimiento económico y una estabilidad social.
Los países nórdicos se caracterizan por implementar políticas de Economías de mercado coordinadas (EMC), esto hace referencia a que el Estado posee la competencia de coordinar estratégicamente a los distintos actores de desarrollo (Hall y Soskice, 2006), en otras palabras, debe implementarse mecanismos de coordinación entre el sector público y privado para deasrrollar escenarios óptimos de gobernanza, lo que se verá reflejado en mayores índices de confianza y mejores relaciones de cooperación entre los actores.
Hall y Soskice, en su estudio mencionan que en estos países, las instituciones son propensas a la coordinación estratégica, mediante el desarrollo de cuatro factores: 1. El intercambio de información entre los actores. 2. Monitoreo de los comportamientos 3. Existencia de sanciones para el incumplimiento de los esfuerzos cooperativos y 4. Deliberación sobre cuestiones estratégicas (Ostrom, 1990).
Cabe resaltar que, entre las principales instituciones (actores) se encuentran: asociaciones empresariales, sindicatos, redes de participación, sistemas normativos para facilitar la colaboración, entre otros.
Del mismo modo, se destaca que para alcanzar referidos equilibrios estratégicos depende de la existencia de una ACERVO de conocimiento común, a través de la experiencia y cultura industrial o nacional (Hall y Soskice, 2006).
Por otro lado, la implementación de políticas de EMC, facilita la implementación de políticas de incentivos, entre las principales se encuentra la innovación de carácter acumulativo, que se aplican incluso a los sectores más básicos, la cual responde a varios factores, entre ellos el sistema de competencias a través de un política de formación a la fuerza laboral, que permite proponer mejoras de tipo acumulativo –productividad- (Hall y Soskice, 2006).
De la misma forma, las políticas sociales son utilizadas como herramientas de incentivos para que la fuerza de trabajo desarrolle compromisos, adquiera capacidades específicas del sector que se desempeña. Para lo cual, se crean políticas públicas de subsidios por invalidez y jubilación anticipada, y contratos de largo plazo (Hall y Soskice, 2006). Ferrera y Rhodes, respaldan estos postulados, afirmando que para lograr un alto gasto social y un crecimiento económico, las políticas sociales y de bienestar deben ser parte de un conjunto institucional que fomenta las relaciones a largo plazo de la confianza, es decir generar vínculos estrechos entre el Estado y los interlocutores sociales.
Idénticamente, Ferrera y Rhodes señalan que, los servicios públicos eficientes son una importante condición institucional para la competitividad, sobre todo en la innovación, en la formación de la fuerza laboral, y en la promoción de la transición a los servicios basados en la información y los sistemas de producción.
Este tipo de políticas ha concedido que los países nórdicos desarrollen empresas competitivas a nivel mundial. Por ejemplo, Dinamarca es un líder mundial en aparatos auditivos (Oticon), Novo Nordisk es en el centro de un grupo de biotecnología, denominado Medicon Valley, que se extiende desde Copenhague a Malmö en la vecina Suecia, y tiene una facturación anual de € 13,4 mil millones (The Economist, 2013). De esta manera, las empresas se especialicen en nichos globales bien definidos, lo cual los protege del alto costo de los competidores de los mercados emergentes, al ser barreras de entrada altas. Y a su vez, permite sostener el Estado de Bienestar al salvaguardar empleos, mediante la expansión de sus empresas en el extranjero.
Finalmente, Lindert expone que los países nórdicos han implementado programas sociales (políticas) basados en varios impuestos y distintas categorías de gastos sociales de carácter progresivo de redistribución del ingreso (debido al envejecimiento de la población, ingreso y religión), entre los principales: compensaciones por desempleo, salud pública y subsidios para vivienda, ayuda a grupos vulnerables y educación pública.
El gran aporte de Lindert, es la demostración que no hay un costo económico neto al Estado de Bienestar, los impuestos no muestran un efecto negativo al PIB , y al PIB per capital. Dado a la institucionalidad que mantiene bajo control los costos. Lo cual, trae a debate la Paradoja de Robin Hood y Free lunch, que visibiliza que la redistribución de los ricos a los pobres esta menos presente cuando y donde parece necesitarla más.
En otras palabras, la implementación de este tipo de políticas distributivas está presente cuando mayor es el ingreso promedio y menor la desigualdad de los ingresos (Entre más rico el país, más tiende hacer transferencia a programas. Los mercados deben ser coordinados a través de políticas económicas, estableciendo acciones de incentivos para inducirlos a los actores del sector privado a colaborar con el Estado, para que rindan los frutos socialmente deseables. Evitando así, la construcción de sociedades de mercado, donde la educación, la salud, la vida, las personas, hasta la propia sociedad se convierte en una mercancía más.
El Estado de Bienestar se puede desarrollar en un escenario que, cumpla varios requisitos previos: El primero, es la implementación de mecanismos de confianza entre el sector público y privado, que permita una planificación y coordinación estratégica de largo plazo, para lo cual el acervo cultural es decisivo. En segundo lugar, la implementación de políticas de incentivos, que se puede traducir en políticas sociales, de innovación, de formación a la fuerza laboral y sistema productivos.
En definitiva, implementar un sistema que generé políticas económicas que maximicen el crecimiento económico, y al mismo tiempo, recudir el riesgo de las fallas del mercado. Y por otro lado, impulsé políticas sociales con el objeto de garantizar la máxima calidad de vida, pero para ello se requiere una adecuada distribución del acervo social, tanto público como privado.
Bibliografía
Hall y Soskice (2006), A propósito de los capitalismos contemporáneos. Variedad de
capitalismo: algunos aspectos fundamentales, Desarrollo Económico. Vol.45 N| 160, IDES
Ferrera, Maurizio and Rhodes, Martin (2000) ‘Building a sustainable welfare state’, West
European Politics, 23:2, 257 – 282
The Economist, Nordic companies have coped well with globalisation, but need new blood Feb
2nd 2013, disponible en línea: www.economist.com/news/special-report/21570837-nordic-
companies-have-coped-well-globalisation-need-new-blood-global-niche/print
Lindert, Peter (2004), Growing public: Volume 1, the story: Social spending and economic
growth since the eighteenth century.
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